Cerca, lejos.

Es Navidad. Son fiestas. Es un paréntesis. Como queráis llamarlo.

El caso es que es la época en la que todos volvemos a casa, familia, amigos, comilonas, relax...

Llegar a BCN, salir a cenar y a tomar unas copas con buena música. Despertar por la mañana con un sol espectacular, y simplemente con un jersey subir a lo más alto para observarla. Su mar, su montaña, su ritmo, su magia. Así es Barcelona, así da la bienvenida.



Pero también esta Madrid.

Madrid y yo tuvimos un encuentro casual.

Llegué un día con mi coche y me quedé (hace ya 1 año y ocho meses). Así, sin pensarlo mucho. Al principio mantuvimos una relación de amor-odio. Me daba cosas maravillosas pero a la vez me costaba entender sus costumbres. Poco a poco nos hemos ido queriendo. Cuando venia de visita a bcn me sentía en casa. Pero poco a poco Madrid y yo nos hemos ido entendiendo, respetando y encontrando y ahora cuando vengo aquí la echo de menos... Ni contigo ni sin ti. No se donde es casa... Y eso es lo que acaba pasando cuando uno se va de su ciudad natal y pasan los meses... Que va haciendo sus cosas y tiene el corazón dividido.





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